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Una de las principales virtudes de una buena obra de Ciencia-Ficción es su capacidad para crear escenarios hipotéticos que sirvan de inspiración para posteriores debates, filosóficos, sociales o científicos en general. Sin embargo, existe una tendencia seguramente equivocada al pensar que la respuesta a los enigmas que la humanidad ha buscado desde el principio de los tiempos se encuentra dentro de estas obras, cuando lo que en realidad se pretende en la mayoría de los casos es plantear preguntas, señalar dudas y advertir de desconocidos, pero inquietantemente posibles, peligros futuros.

Sócrates, el filósofo griego considerado el creador de la filosofía moderna.Como ya dijo unos de los padres de la filosofía, allá en la Grecia clásica hace unos veinticinco siglos, saber que no se sabe algo, es ya saber mucho. Por lo tanto la duda, el ser conscientes de nuestra falta de conocimiento, es el primer paso para alcanzar este. A partir de este momento, es cada espectador o lector, el que decide cómo desea alcanzarlo. Es cierto no obstante, que en algunas obras artísticas de todo tipo, la intención no es únicamente la de transmitir esa duda, sino también la de llenarla con unas ideas decididas por los autores, guionistas, directores o productores. Esto puede incluir desde el promover una moralina determinada, hasta inculcar la más pura propaganda ideológica.

Portada de un ejemplar 1984, una dura crítica social de los totalitarismosDentro de este género de obras, nos podríamos encontrar con Ultimátum a la Tierra (Robert Wise, 1951 y Scott Derrickson, 2008), 1984 (George Orwell, 1948) o Tropas del Espacio (Robert A. Heinlein, 1959), en las que se observa como de alguna forma, se utiliza la Ciencia-Ficción para realizar crítica social o política, desde el punto de vista particular de sus creadores. En Blade Runner (BR en adelante) —donde se transmite la visión pesimista y oscura del creador de la novela en la que se basa, y que marcaría la tónica general postmoderna de las décadas siguientes no solo en la Ciencia-Ficción, sino en la sociedad en general— se plantean principalmente dudas, sin necesariamente pretender darles respuesta. Es ahora, desde aquí, cuando vamos a buscar algunas de ellas.

Blade Runner y Frankenstein

La escritora británica Mary Shelley, que reflejo sus preocupaciones hacia donde se encaminaba la humanidad en «Frankenstein» En Frankenstein (Mary Shelley, 1818), su autora nos mostró las dudas que el vertiginoso y aparentemente descontrolado desarrollo tecnológico le suscitaban. En BR se reeditan todas estas dudas y preocupaciones, añadiéndoseles otros matices y profundizando más en ellas, seguramente debido al mismo temor que Philip K. Dick sentía en alguna de las fases pesimistas por las que pasaba.

El escritor norteamericano Philip K. Dick, que tuvo una vida llena de fases de depresión y pesimismo.Básicamente, el autor nos muestra los riesgos que supone el excesivo y desenfrenado avance científico, sin que ello vaya acompañado de un conocimiento parejo en lo social y/o moral, y cuestiona el papel del hombre en el mundo. Si a esto le añadimos que estos avances se realizan en terrenos relacionados con la vida y los sentimientos, aspectos no explicados detalladamente por la ciencia y que hasta ahora eran terreno casi exclusivo de la religión, el debate está servido.

En los inicios de la investigación de la Energía Nuclear, también surgieron algunas voces catastrofistas que continúan oyéndose, al igual que cuando surge cualquier otro descubrimiento que afecta a nuestra forma de ver el mundo y a nosotros mismos. Películas como El Síndrome de China (James Bridges, 1978) advertían de las consecuencias que un uso irresponsable de semejante capacidad de producir energía podía conllevar. Lamentablemente para los habitantes de Chernóbil, los sucesos que allí ocurrieron demostraron que estas advertencias eran fundamentadas.

Prometeo, Titán de la Grecia clásica, que llevo el fuego a la humanidad. En BR, los seres humanos se presentan como afectados por el Complejo de Prometeo, por el cual la especie humana busca desesperadamente a través del desarrollo científico y la búsqueda de conocimiento, alcanzar cotas de divinidad llegando incluso a pretender crear lo que hasta ahora era patrimonio de los dioses: la vida. Otra forma de considerarlo, es la del Complejo de Edipo, que causaría que la Humanidad en el papel de Hijo, deseara sustituir al Dios Padre para ser la amante de la Madre, que en este caso sería una vieja y maltratada por los abusos de sus hijos, Planeta Tierra o Gaia.

En cuanto a la supuesta vida creada, los Replicantes son unos entes biológicos artificiales con una enorme capacidad intelectual; de forma que, si bien no era esa la pretensión inicial, acaban desarrollando sus propios sentimientos y su propia concepción del universo y de si mismos; siendo conscientes de su limitada existencia, en clara analogía a como hace la propia especie humana.

El «replicante» de última generación, «Nexus 6» Dejando las cuestiones de metafísica o existenciales, y adentrándose directamente en el campo de la Antropología Filosófica, cabría preguntarse: ¿Que diferencia a los humanos de los replicantes? ¿Los recuerdos? ¿La capacidad de procreación?. Aparte de estas diferencias que podrían ser solventadas en base a posteriores desarrollos tecnológicos o mediante la implantación de recuerdos tal y como sucede con Rachael —y puede que con alguno más—, y dejando a un lado aspectos cuantitativos como inteligencia, fuerza o la menor duración de su existencia, es precisamente en esta certidumbre de su duración limitada, y el conocimiento de los responsables de dicho límite, lo que marcaría principalmente la diferencia entre humanos y replicantes.

El ser humano debe gran parte de sus peculiaridades a la certidumbre de su muerte, a su limitada existencia sobre este planeta, confiriéndole así un deseo intenso y especial en aprovechar cada minuto que permanezca sobre este planeta, preguntándose constantemente de donde vienen y qué vendrá después. El replicante pasa por esta misma vicisitud, con la diferencia de conocer con gran precisión el momento de su muerte y a los responsables de esa situación, su creador.

De alguna forma, los replicantes serían víctimas de su equivalente del Complejo de Edipo, al desear acabar con sus creadores, los humanos, lo que visto desde el lado de estos correspondería con el Complejo de Frankenstein, en el que las propias creaciones se vuelven contra sus creadores. Se trataría del mismo complejo, pero visto desde partes distintas, como si fuera algo inevitable, tal y como el propio Freud pensaba, que toda criatura creada pasaba ineludiblemente por la fase de anhelar sustituir al padre.

Los robots de Isaac Asimov

Ilustración de un figurado robot Daneel Olivaw, protagonistas de la «Saga de la Fundación» Desde el punto de vista de la Ciencia-Ficción algo más dura, todo esto tal vez no sea más que una parafernalia innecesaria, salvo para que el autor de rienda suelta a sus miedos o fobias. Isaac Asimov solucionó todos estos temores, imaginando que los seres humanos implantarían en el diseño de los cerebros positrónicos de sus robots, unas leyes interdependientes que evitarían que representaran un peligro a la humanidad, a la vez que dotaban a los robots, tal vez inadvertidamente, de un fin por el cuál dar pleno sentido a su existencia: proteger a la humanidad de ella misma, gracias a las Tres Leyes de la Robótica. Estas tres leyes, que luego serían cuatro, son las que llevarían al robot positrónico R. Daneel Olivaw en el Ciclo de la Fundación a tener un papel fundamental en dicha serie.

Carte la la adaptación cinematográfica de la película del mismo nombre «El Hombre Bicentenario» En El hombre bicentenario (Isaac Asimov, 1976) se trata una cuestión similar a la de tratar o no a los replicantes como seres humanos: ¿se puede considerar a un robot, como si de una persona reconocida jurídicamente se tratase? Sin enfangarse en terrenos filosóficos, lo que está en discusión es el reconocimiento legal de alguien o algo como un ser independiente y libre, aunque siga siendo un robot… de momento, pero con suficiente capacidad para comprender su condición.

Conclusión

Explosión de un artefacto de energía nuclear El ser humano, es capaz de grandes logros, pero algunos de ellos acaban siendo catastróficos. Con la energía nuclear, las necesidades energéticas se veían enormemente satisfechas, pero esta gran capacidad para construir, tenía su contrapartida destructiva, en casi la misma medida. Es como un niño manejando cosas que no entiende y que albergan un gran peligro potencial para si mismo. Su gran virtud es a la vez, su peor peligro.

Al crear a los replicantes y darles de alguna forma la capacidad para ser conscientes de si mismo y de su cercana muerte, se estaba creando a un ser desdichado, conocedor del responsable de esa circunstancia: los humanos, seres inteligentes muy parecidos a el, pero cargados de grandes defectos y debilidades, a los que culpa por haberle hecho como es, y no de otra forma.

«Nexus 6», cara a cara frente a su creador, «Tyrell»
¿Qué haríamos los seres humanos si pudiéramos tener, frente a frente y a nuestro mismo nivel, a nuestro creador? ¿Acaso no habría un buen número de personas que le echarían en cara no ser más altas, más fuertes… o más longevas?

Gracias a BR y sus replicantes, es posible acercarse con mayor facilidad al dilema de cuál es el puesto del hombre en el cosmos, y el anhelo constante de adquirir conocimiento para comprender el universo y así acercarnos a nuestro creador, tal vez para sustituirlo. La diferencia entre humanos y replicantes no es tal, pero si lo son sus objetivos en el mundo y en el universo. Son sus distintas circunstancias las que marcan las diferencias y similitudes entre ambos. Los robots de Asimov eran también seres con capacidades similares a los seres humanos, pero esa no era la característica primordial. A diferencia de los replicantes, los robots de Asimov eran inmortales, y sus cerebros poseían implícito un destino en la vida gracias a sus leyes.
 
Una solución a todas estas paradojas, nos la proporciona de nuevo Isaac Asimov. En su novela ya mencionada El hombre bicentenario, un Tribunal Internacional ante la petición del robot a ser reconocido jurídicamente como un ser humano, responde:
No hay derecho a negar la libertad a ningún objeto que posea una mente tan avanzada como para entender y desear ese estado

Nada más y nada menos.


Artículo publicado posteriormente en Planetas Prohibidos el 3 de junio de 2012
Artículo publicado posteriormente en El sitio de ciencia-ficción el 3 de junio de 2012

21 comentarios:



) MM dijo...

Excelente trabajo. Felicitaciones y gracias!



) Lino Moinelo dijo...

Gracias a ti, Todos Gronchos, por visitar el blog y comentar.

Saludos



) AlbertoP dijo...

Muy bueno el artículo, me encanta tu blog, Lino.

Los seres humanos hemos de tener mucho cuidado sobre todo ahora que la ciencia avanza enormemente rápido. Estamos mucho mas cerca que hace apenas 100 años de responder a las grandes cuestiones y de, incluso, crear vida. Nos estamos acercando peligrosamente a un terreno, se podría decir, divino. Y aunque el mas común de los mortales no parece darse cuenta de ello las obras de ciencia ficción tratan de avisarnos de ello.

También me ha gustado especialmente tu alusión al Complejo de Edipo de la humanidad con respecto a Dios y a la madre Tierra. ¿Qué pasaría si algún día llegáramos a "matar a Dios" y nos convirtiéramos en los "dueños de la creación"? Esto claro teniendo en cuenta que nuestra madre sobreviva, porque a este paso poco va a quedar de ella para podernos adueñar.

Saludos.



) Lino Moinelo dijo...

Hola Guibrush, muchas gracias. Sobre el tema de Dios y el papel de los humanos tengo alguna cosa preparada.

Si, la humanidad esta casi alcanzando el límite aparente del conocimiento científico. Con las Teorias de la Gran Unificación (GTU) en donde será posible entender y tal vez, generar campos gravitatorios, y muchas otras cosas más, se dispondrá de un poder que a tenor de lo visto, no parece que sepamos manejarlo. Pero los humanos siempre encontramos la forma de salirnos por la tangente.

A mi particularmente me interesa el tema de los ordenadores cuanticos. Si sale bien el asunto, sería como disponer de ordenadores actuales del tamaño de la Tierra casi, en un tamaño de un cerebro ¿que os parece el tema?

ahyyy, mira que hacernos nuestro creador de tan poca duración, si fuera un hombre le aplastaría el craneo...(con perdón)

;-)



) Lino Moinelo dijo...

Se me olvidaba. La idea del Complejo de Edipo la introdujo Widabal en el artículo anterior en un interesantísimo debate sobre el tema con Guillermo (Atreus).

Así mismo la aportación de Sara77 fue estupenda y el estímulo de Mon, importante (y ahora el de Apolo Infantes)

(¡oye, parece que me hayan dado un oscar o algo así! je, je)

Saludos y gracias a todos



) AlbertoP dijo...

Que interesante el tema de los ordenadores cuánticos. Me encanta que lo hayas sacado. Con ellos sería posible hacer un cerebro positrónico al estilo de los robots de Isaac Asimov. Bueno, en realidad ya es posible hacer algo parecido a un cerebro positrónico con los llamados sistemas neuronales, pero me estoy desviando. Lo que quiero decir es que es muy probable que los ordenadores cuánticos sean el futuro de la informática y la ingenieria computacional, lo que supondrá, por un lado, un cambio radical en todo lo que hoy en día se sabe de ordenadores y, por otro, un avance que nos acercará a cotas muy peligrosas.

El problema es que la humanidad aún no está preparada para tantos avances. Antes de introducir la tecnología de ordenadores cuánticos deberíamos preguntarnos si realmente necesitamos esta tecnología. Es decir, con la tecnología actual aún se pueden hacer muchas cosas que ahora mismo ni nos imaginamos y a la velocidad a la que avanza dentro de unos años es posible que ni siquiera comprendamos del todo lo que estamos construyendo (mas aún con los ordenadores cuánticos).

Un ejemplo de todo esto que estoy diciendo es la videoconsola PlayStation 3, la cual posee un microprocesador demasiado potente para la época en la que estamos. Lo que ocurrirá es que acabará la vida útil de esta consola y no se habrá aprovechado ni la mitad de la potencia de este microprocesador.

Es un ejemplo clarísimo del empeño del ser humano en construir cosas que no puede controlar. En este caso es una inofensiva videoconsola, ¿pero que pasaría si se utilizan los ordenadores cuánticos sin conocerlos del todo para construir por ejemplo sistemas inteligentes? De nuevo aquí se presenta una pregunta sin aparente respuesta, al menos por el momento, pero para eso existe la ciencia ficción, para hacernos reflexionar -o al menos intentarlo-.



) Angel dijo...

En un post de mi blog, le digo a mi perro o el me lo dice a mi, que no recuerdo ahora, que nos tendrían que haber creado macizos y no rellenos de canales, fluidos, tensores, tuberías, desagues..., que en el fondo es todo lo que compone el cuerpo del hombre. Hubiese sido todo más sencillo, total como nos habría el creador insuflado el "álito divino" lo de menos hubiese sido el tener o no tener todo el rompecabezas qua hay en el interior
Un saludo



) Lino Moinelo dijo...

Guibrush

Es verdad, no me acordaba de las Redes Neuronales Artificiales. Bueno, en realidad este tema trata, si no estoy equivocado, de un nuevo paradigma a la hora de afrontar mediante la programación, soluciones a los problemas. La verdad es que me ha venido muy bien que me recordaras esto, ya que se relaciona con un tema que tengo previsto, el de la Inteligencia Artificial. Hay problemas que no son solucionables matemáticamente, y tal vez con esta técnica si lo sean.

Los ordenadores cuánticos lo son por algo más relacionado con el Hardware. Los ordenadores ya no serían binarios, aumentando la capacidad de cálculo de forma exponencial.

No quiero pensar lo que puede ser una combinación de ambas, si es que es posible, que entiendo que si.

Lo del aumento en las prestaciones es algo que, yo diría que está relacionado con el consumismo y de alguna forma, con el ultra-liberalismo. El aumento indiscriminado de prestaciones por doquier, solo para que los consumistas tengan algo nuevo que comprar (un ordenador con tarjetas gráficas brutales, solo para juegos, discos duros gigantescos, para almacenar una información superflua, móviles con chorradas de todo tipo, etc.). Precisamente en el otro blog, tengo una entrada algo relacionada con esto:

Tanto el desarrollo tecnológico como el consumismo, deberían ir precedidos de una pequeña meditación, al menos para no hacer burradas como la que nos ha llevado a la situación actual de crisis. El Mercado Libre está bien, pero no es una religión, ni los humanos somos consumidores ni empresarios, somos primero personas, y tenemos un órgano aquí arriba en la azotea, que habría que utilizar alguna vez, que para eso está.

Ángel

Muy bueno. Me ha venido a la mente Matrix. Por lo visto el creador o «Arquitecto», tuvo que ser coherente con las leyes de la Física y biología que el mismo había creado, y por eso tuvo que hacernos como somos ¿habrá algún Neo que pueda evitar estas leyes?

Saludos



) Rara Avis dijo...

Oh, buscando sobre la obra de Asimov caí en este blog, y, a decir verdad, me pareció muy interesante. No leí casi ninguna obra de ciencia-ficción, aun así tengo ganas de adentrarme más en ese terreno, dado que veo ese género muy emparentado con la filosofía y si bien tampoco sé de ésta, vivo cuestionándome desde lo más pequeño hasta grandes misterios que han aquejado al ser humano por siglos. Sólo leí 2001 de Clarke, El Sol Desnudo de Asimov y 1984 de Orwell, aunque me parece algo absurdo decirle los autores ya que parece bastante conocedor del tema y así lo ha demostrado en las entradas anteriores también, que he estado leyendo hasta recién -tampoco me gusta halagar hasta el hartazgo, aclaro-. En fin, cuando lea algunas obras que me quedaron pendientes intentaré conseguir El fin de la eternidad... estoy algo obsesionada con ese tema y si bien no intento encontrar respuestas, me gusta hallar libros que traten sobre ese tipo de cuestiones. Estoy interesada en ese libro desde que leí en Diciembre pasado "El Sol Desnudo", que lo tenía desde hacía ya un año y nunca me había despertado demasiado interés. Sin embargo, lo leí bastante rápido, me atrapó. Si bien no es un libro bello, en cuanto a armonía de las palabras, a pesar de que esté bien escrito, no buscaba un libro bello. Más que la belleza, que lo estético, me interesaba el mensaje, o mejor dicho el efecto que produjo en mí... me atrajo el trasfondo -¿es trasfondo en verdad?- social (como el aislamiento en Solaria) que se esconde bajo la apariencia de un relato detectivesco con robots, aunque sé que una obra de ciencia-ficción suele contener mensajes de múltiples índoles. Ayer, justamente, concluí 1984, el cual también me gustó mucho, me dejó pensando bastante... es ciertamente introspectivo. De 2001 no recuerdo demasiado ya que, si bien tengo una edad corta ahora también, lo leí a los diez años y dudo haberlo entendido en su casi totalidad.
En fin, muy buen blog.
Saludos



) Lino Moinelo dijo...

Hola Rara Avis.

Si, comentábamos en el artículo anterior que la obra de Asimov tenía varias particularidades, una de ellas es la ausencia de alienigenas. Pero esta ausencia la cubre con otra de sus más destacadas aportaciones a la Ciencia-Ficción: los espaciales.

Es interesante desde el punto de vista de la antropología filosófica, el estudio de Asimov de cómo podría influir en el ser humano y su evolución la estancia en solitario sin contacto físico con otros seres humanos y constantemente asistido por un ejercito de robots solícitos, que observan desconcertados que su propio interés por el bienestar de los humanos, si es en exceso, les perjudica pero sin poder hacer nada por evitarlo, debido a las leyes impresas en sus cerebros positrónicos, las mismas que causan el problema. Toda una paradoja circular.

Sobre 2001, tal vez este enlace te clarifique algo.

Gracias por visitar el blog y saludos





) Guillermo (Atreus) dijo...

Llego tarde, pero conste que leí este artículo en su momento y lo encontré magnífico como siempre. No hay duda alguna de que la Ciencia-Ficción, como dijo Juan José Plans, hace pensar y trata de sembrar la inquietud intelectual.

¿Que diferencia a los humanos de los replicantes? Pues muchas cosas, qué duda cabe, entre las cuales lo que tú comentas. Depende del objetivo con que analizemos esa cuestión. En mi opinión, desde el punto de vista simbólico, no existe ninguna línea diferenciadora entre humanos y replicantes excepto la de marcar a quienes han perdido sus señas de identidad humanas en contraposición a aquellos que todavía las mantienen. La certidumbre de la muerte es digamos el detonador. Gracias a su vivo interés FILOSÓFICO en querer saber de dónde vienen y a dónde van, eso es lo que les hace sentir y vivir como seres humanos de verdad (así es cómo los vemos en la película, porque así es cómo el guinista y Scott nos lo han querido mostrar). Por contra, todos aquellos que han olvidado estas preocupaciones existenciales inherentes en el ser humano y relacionadas con sus orígenes y su existencia, son al final los que se deshumanizan, los necios que caen en la cotidianidad, en la reclusión, en la mezquindad, en la frialdad, en la divinidad, etc.

Tristemente, se podría decir que hoy en día nuestra sociedad se constituye más de des-humanos que de humanos...



) Lino Moinelo dijo...

Francisco Ortiz: gracias por la visita y el comentario.

Saludos



) Lino Moinelo dijo...

Nada de eso Guillermo (Atreus), el que llega tarde soy yo que aún no he escrito el siguiente artículo. Menos aún lo eres si además, dejas comentarios tan francamente buenos.

Si, yo también pienso que es ese interés en encontrar sentido a su existencia lo que hace a un ser «humano», término que es el utilizado por ser hasta ahora el único que lo ha intentado. Pero en efecto, que haya nacido de mujer sea tal vez anecdótico, si pudieran existir otros seres del tipo que sea, con los que compartir dicha búsqueda.

Saludos cordiales.



) Anónimo dijo...

al cominenzo, creo que no dijo: saber que no se sabe algo, es ya saber mucho. la frase teneia mas que ver con: solo se que no se nada.que no es poco, pero....

J



) Lino Moinelo dijo...

Si, es verdad, es un "remake" actualizado

XD



) Teralu dijo...

Excelente trabajo. Felicidades. Para mí Isaac Asimov es la mezcla perfecta para un autor de ciencia ficción: formación científica como físico, por profesión, y las posturas filosófica y éticas de los grandes autores, más una alta productividad literaria.Hace muchos años me impactó la lectura de su novela que sirvió de tema a la película Yo robot, y, en una época en que no se conocían las imágenes holográficas (y mucho menos el Skype)hablaba de la diferencia entre "ver" y "visulizar" a otra persona. Increíble!



) Letales dijo...

Yo sí que llego tarde pero no quisiera dejar de señalar algo sobre lo que dijo Guillermo. Muchos, no me atrevo a dar un porciento, son materialistas y esos ya tienen respondida la pregunta de adónde vamos, de dónde venimos y no hay misterio tras la muerte: es simplemente la última consecuencia de la vida. Quizás, diferencias válidas para todos sea precisamente la escogencia de la actitud a seguir: ¿es que debo preguntarme de dónde vengo y a dónde voy o esas son preguntas irrelevantes?



) Lino Moinelo dijo...

Letales, no es cierto lo que dices. Esos materialistas o positivistas, no tienen respondido nada en absoluto, simplemente evaden o ignoran las preguntas, precisamente por su dificultad o imposibilidad por responderlas.
Tal vez no seamos nada, más que un conjunto de moléculas que ha adquirido de forma caprichosa y completamente fortuita e inútil, consciencia de su existencia.
Podemos creer lo que queramos, pero la incógnita continuará existiendo.



) Elwin Álvarez Fuentes dijo...

¡Qué bello texto este que has escrito y donde abordas un tema que me gusta mucho! (el de la trascendencia, o al menos así como yo lo veo). Además te refieres a 3 obras del género que me son capitales: Mi adorado "Frankenstein" y del cual hice un trabajo para un Diplomado que posteriormente publiqué en el blog, los robots de Asimov, en lo que me inspiré para titularme como Profesor de Castellano y parte de cuya Memoria de Título también incluí en mi página...Y "Blade Runner" ¡Amo ese filme! No sé si te habré contado que estudié un año completo Filosofía y aprobé todo, saqué uno de los mejores promedios de mi curso, pero no era lo mío y luego me cambié a Castellano; por todo esto encuentro genial cómo abordas desde la filosofía (que puede ser tan latosa) sus problegómenos y a la luz de nuestra querida ciencia ficción.



) Lino Moinelo dijo...

¡Hola Elwin, muchas gracias! :-)
Este es uno de los principales temas de la ciencia-ficción y uno de los mayores motivos por lo que es tan importante y tan necesaria como ayuda para comprendernos como especie y nuestro papel en el universo.
Creo que algo me habías contado en relación a tu formación académica sobre el tema, en cualquier caso, me alegro mucho que compartamos tan gran fascinación sobre estos temas y agradezco tu opinión sobre el artículo.
¡Saludos!

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Lino (Al final de la Eternidad)
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